Sinopsis:
Servan-Schreiber David - Curacion Emocional - Acabar con el stress, la ansiedad y la depresión sin fármacos ni psicoanálisis.

Siete vías que permitirán que cada uno tome en mano las riendas de su propia vida y deje de ser un extraño para si mismo… y para los demás.

UNA NUEVA MEDICINA DE LAS EMOCIONES.
<<Dudar de todo o creérselo todo son dos soluciones Igualmente cómodas que nos eximen de reflexionar>>.
Todas  las  vid as  son   únicas,   y  cada  una   de  ellas  es  difícil
Nos   solemos   sorprender   envidiando   la   vida   de   los   demás:
<<Ah,   si   fuese   tan   bella   como   Marilyn   Monro e>>,   <<Ah,   si tuviese   el   talento   de   Marguerite   Duras>>,   <<Ah,   si   pudiera llevar   una   vida   llena   de   aventuras  como Hemingway>>...
Lo cierto es que  no tendríamos los mismos problemas, al  menos no los nuestros. Pero tendríamos otros, los suyos:

Marilyn   Monroe,   la   más   sexy,   célebre   y   libre   de   las
mujeres,   deseada   incluso   por   el   presidente   de   su   país,
ahogaba   su   desazón   en   el  alcohol   y  murió   de   sobredosis  de barbitúricos.

Kart   Cobain,   el   cantante   del   grupo   Nirvana, convertido  en  vedete  planetaria  de  la  noche  a  la  mañana,  se suicidó antes  de haber cumplido  los treinta  años.

También  el suicidio  apareció en la vida  de Hemingway,  a quien un premio Nobel   y  una  vida   fuera  de   lo  común   no  evitaron   un  profundo sentimiento   de   vacío   existencial.

En cuanto a Marguerite Duras, talentosa y capaz, conmovedora, y adulada   por sus amantes, se destruyó mediante el alcohol. Ni   el talento, la
gloria, el poder, el dinero o la adulación femenina o masculina hacen  que la vida sea fundamentalmente más fácil.

Y  no obstante, existen personas felices que llevan una vida armoniosa.   Por o general, tienen la sensación de que la vida es generosa. Saben apreciar lo que les rodea y los pequeños placeres cotidianos: las comidas, el sueño, la serenidad de la naturaleza, La belleza de la ciudad.  Les  gusta creer y construir, tanto objetos  como proyectos o relaciones.
Esas personas no forman parte ni de una secta ni de una religión particular. Se las puede encontrar por las cuatro esquinas del mundo.   Algunas son ricas, otras no; algunas están casadas, otras viven solas;   algunas cuentan con talentos  particulares,   mientras  que   otras  son   perfectamente normales.   Todas   han   conocido   fracasos,  decepciones   y momentos   difíciles.   Nadie   escapa   a   todo   eso.   Pero   en
conjunto parecen  saber sortear mejor los obstáculos: se diría que cuentan con una aptitud particular para crecerse frente a la  adversidad,   para   dar  un   sentido   a   su   existencia,   como   si mantuviesen   una  relación   más íntima  con   ellas mismas,  con los de más, y con lo que han elegido hacer de su vida.

¿Qué es lo que  permite alcanzar  un estado así?

Tras veinte años  de  estudio  y  práctica  de   la  medicina,  sobre  todo  en  las grandes   universidades   occidentales,   pero   también   junto   a médicos   tibetanos   o   chamanes   amerindios,   he   descubierto algunas claves  que han  demostrado  ser útiles tanto  para  mis pacientes  como   para   mí   mismo.   Con   gran   sorpresa   por   mi parte no me han enseñado ninguna de ellas en la universidad.

No se trata  de medicamentos ni de psicoanálisis.